"Hoy día del libro y de la lengua española, me gustaría darle mi modesto y doméstico homenaje, a un genial hijo del pueblo, en el arte de hacer coplillas en versos, este buen hombre tenia el oficio de zapatero, fue vecino del pueblo de Algarrobo allá por los años 40 y se vió obligado a emigrar como tantos otros para buscarse el sustento. Este señor era conocido por todos los Algarrobenos como Manolico la Viuda. Cuando emigro afligido del pueblo compuso aquella coplilla por tantos de nosotros conocida:
¿cuándo volveré yo a verte?
la parada y el cuartel!.
Adiós Algarrobo hermoso,
Este hombre además de ser diestro en hacer rimas, tenía un maravilloso sentido del humor. Con sus coplas, que contaban de un modo muy divertido las cosas que pasaban entre los vecinos del pueblo, aunque a veces no fueran graciosos los sucesos, él sabía darles un toque de ironía y guasa, y estas coplas divertían y regocijaban mucho a todos, chicos y grandes, excepto a veces a los aludidos; y eran cantadas por las calles por la moceá y niños.
Como anécdota cuentan que había un gitano muy pinturero que se llamaba Serafín, y este le porfiaba e insistía a Manolico que le hiciera una copla, tan pesao se puso el buen gitano que se la hizo y decía:
se va al río de la escalerilla
y se harta de mondongo
sin costarle una perrilla
Serafín claro está se enfadó mucho, y nunca volvió a pedirle a Manolico una copla para él.
Recuperar del recuerdo la memoria de este singular hombre, que representa él y sus Coplas parte de una época de nuestra historia más reciente, descubriéndonos parte de las costumbres de entonces y el carácter social familiar y alegre de aquellos, por otra parte, duros tiempos de posguerra.
Mi más sincero homenaje y agradecimiento a este maravilloso hombre, y creo que este sentimiento es compartido por todos los que le conocieron, o como yo han oído hablar de él y de sus coplas.
y es tan sólo que el no verte me desata lo mezquino
tres caras tiene Algarrobo que nos muestra cabalmente:
Al levante barrancos pendientes, que al río miran desde las ventanas
Oyéndose el resonar del agua que susurra a sus gentes
Cuentos de ayer, de mañanas frías y de largas tardes calientes
Que refrescan en umbrías de levante y abruman las recachas del poniente
Poniente suave y seco tu aliento y tu semblante
Te haces plano en los llanos aunque un buen salto tienes antes
Pues te recorta el río seco, para junto con el río frío afilarte.
Tierras cálidas y fértiles destilan azúcares frutales.
Al norte pendiente y altivo subes las cuestas para escaparte
Y pasada la de arena en el Castillo refugiarte
Que de él sientes el cobijo de su mirada guardián penetrante
Desde tus lomas respiras, tocas el cielo, acaricias la inmensidad
Al sur extiendes tus pies, que no es cara, más bien a raíz semejante
Para refrescarte en la mar que media en lo terrenal
Ella templa tus días, ella forja tu carácter en clima con bondad
Te proveé del salado manjar, sin ella solo polvo serías
Inercia de los elementos, agua, cielo y tierra que te une a todo lo demás
Pañoleta de luz del medio día, espejo del astro celestial
Eres apenas un rinconcito en toda una inmensidad
Fuentes generosas tus venas, tierra preñada de tanto amar."
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